Bienvenid@

Cantamañanas: dícese de aquella persona informal, irresponsable y que no merece de crédito.

Los cantamañanas son un grupo de amigos de toda la vida que un día deciden hacerse una camiseta para las fiestas populares de Torrejón de Ardoz. La idea surgió en un tiempo en que frecuentabamos el mesón de las 5 jotas para tomar la primera tanda de botellines, mesón que era regentado por Manolo, curioso camarero que tomaba más botellines que la mayoria de sus clientes y que a media noche tenía que ceder la barra a su mujer pues él ya iba un poquito perjudicado. En este lugar rompimos unos cuantos de botellines de mahou mientras jugabamos al billar y comiamos cacahuetes. Nuestro emblema nació cuando Manolo un día le dijo a uno de sus clientes: "Eres un cantamañanas desde que te levantas". Aquellas palabras resonaron en nuestra cabeza una y otra vez, hasta que un día decidimos crear la primera camiseta de los cantamañanas. Este fue el comienzo, bastante discreto la verdad, pero que con el tiempo fue ganando fuerza hasta el día de hoy.

E-mail: loscantamanianas@hotmail.com /// Facebook: busca "loscantamañanas"

miércoles, 18 de agosto de 2010

-- LAS TORRES GEMELAS: ¿QUÉ PASÓ REALMENTE? --

Todo el mundo –incluso los ingenieros– fue horrorizado al ver cómo las torres se derrumbaron en una nube de polvo. No nos dio tiempo para preguntarnos lo que había ocurrido, ya que enseguida se emitió la versión oficial para explicar las imágenes publicadas por los medios: “las torres", nos contaron "se derrumbaron por su propio peso”.
Nos dijeron que nadie había previsto el impacto de un avión jumbo con los tanques llenos contra las torres, y que el combustible ardió con el calor de una central nuclear, derritiendo las columnas de acero de los núcleos de las torres. Ante el hecho de que la combustión del combustible de un avión sólo puede alcanzar una fracción de la que se necesita para derretir el acero estructural de los edificios, a los pocos días de la tragedia se promovió la “teoría de las vigas de celosía”. Luego aprobada por la FEMA (Agencia Federal para la Gestión de Emergencias), esta teoría sostiene que el fuego debilitó las delicadas vigas de celosía que aguantaban los suelos, por lo que éstos cayeron uno sobre el otro, creando una reacción en cadena.

Este documento examina las falacias de la explicación oficial:
· La teoría no es consistente con las leyes de la física
· La teoría oficial del colapso no tiene nada que ver con los eventos que pudimos presenciar.
· Es una teoría que tergiversa las prácticas de la ingeniería y del diseño de las Torres Gemelas.
· La teoría no era fundada en ningún análisis forense de las pruebas físicas.

Las autoridades destruyeron las pruebas físicas
Después del desastre, la zona fue acordonada. La gente fue amenazada con ser detenida sólo por tomar fotos de la “Zona Cero”. La empresa Controled Demolition Inc. recibió el multimillonario encargo de “limpiar” el lugar, lo cual se hizo con una velocidad considerable. Casi todo el acero fue vendido para ser reciclado, sin haber sido sometido previamente a un serio análisis forense. A los investigadores de FEMA se les fue denegado el acceso a la más importante prueba física: el acero de la estructura de los edificios.
El lugar del inmenso crimen “que cambió todo” y del fallo más grande y menos comprendido de la historia de una estructura, no se le permitió que fuera analizado por pistas.
Tampoco se le permitió al público verificar detalles sobre el diseño de los edificios que podrían haber sido cruciales a la teoría de FEMA, ya que los planos de proyecto no han sido publicados. La teoría asume que los suelos sólo se apoyaban sobre vigas de celosía relativamente débiles. Si esto fuera así, los suelos tampoco hubieran sido lo suficientemente resistentes para transferir las fuerzas laterales que un viento normal genera entre la fachada y el núcleo de los edificios. Por lo tanto, los suelos tenían que estar reforzados por vigas de acero adicionales.






.

Las torres fueron diseñadas para soportar el impacto de un gran avión
Las dos torres fueron diseñadas para resistir el impacto de un 707-340 cargado con 87.055 litros de combustible. Los 767-200s que impactaron contra las torres tenían un tamaño similar y llevaban 37.850 litros de combustible cada uno.
Los núcleos de las torres formaban sus propios componentes de soporte de la carga gravitacional. Las normas de la ingeniería tradicional exigen que el núcleo tiene que resistir como mínimo 5 veces su carga nominal. No hacia viento y, probablemente, las plantas superiores a la zona de impacto aguantaban bien con la mitad de su carga nominal. ¿Qué evento puede causar el fallo simultáneo del 90% de las columnas de acero para que las torres se derrumbaran verticalmente a la velocidad que vimos? La versión oficial no logra describir tal acontecimiento.

El fuego no es una causa para que un rascacielos se derrumbe
Si las torres del WTC (World Trade Center) 1 y 2 y el WTC 7 se derrumbaron a causa del fuego, sería la primera vez en la historia que un rascacielos de armazón de acero haya colapsado totalmente a causa de un fuego o de cualquier otra causa o combinación de causas que no sea una “demolición controlada”. El edificio WTC 7 de 47 pisos no recibió ningún impacto de un avión o de otros objetos. Sólo se observaron algunos pequeños fuegos antes de que se “derrumbaran” verticalmente.


Los fuegos no fueron especialmente intensos
El combustible de los aviones (queroseno) hierve con facilidad y sus vapores prenden fuego fácilmente, por lo que se consume rápidamente. La FEMA admite que el combustible se debió consumir en “pocos minutos”. Después, el fuego se alimentó de los mismos materiales que un típico fuego de oficina. Con el tiempo el humo se volvió más oscuro, indicando que el fuego se sofocaba por la falta de oxígeno. Al poco tiempo de los impactos, el orificio causado por el impacto se volvió y permaneció negro, y no se veían puntos iluminados o llamas. Cuando la Torre 2 fue alcanzada, la gente evacuada de los pisos superiores fueron capaces de bajar por las escaleras que pasaban por la zona del impacto.
No existen pruebas de que el fuego alcanzara los 700 ºC que se necesitan para ablandar significativamente el acero, ni siquiera en el momento de más calor inmediatamente después del impacto. Esta temperatura hubiera puesto al rojo vivo las zonas afectadas, que hubiera sido visible incluso de día. Ante la falta de oxígeno, los fuegos seguramente no pasaron de los 250 ºC, no siendo un peligro para la estructura de acero, incluso ante la ausencia de materiales aislantes. No existen pruebas de que el fuego llegara a dañar las estructuras del núcleo de los edificios. Téngase en cuenta, que el ablandamiento del acero a altas temperaturas es reversible, y que el acero es un buen conductor del calor. Si cualquier acero de la estructura hubiera perdido su rigidez durante los primeros minutos de fuego, hubiera recuperado gran parte de su resistencia cuando el fuego se enfrió después de haber consumido el combustible de los aviones.


.

Los derrumbes verticales son indicativos de una demolición
Las torres se derrumbaron casi perfectamente en sentido vertical, expulsando cascotes por los laterales. Es imposible que los impactos de los aviones y los fuegos que causaron pudieran producir daños tan perfectamente sincronizados y simétricos que resultarían en los simultáneos y equilibrados fallos de la estructura, requerido para un derrumbe vertical de este tipo.
La explicación oficial de que las paredes exteriores canalizaron el derrumbe dentro, la huella de edificio no coincide con la realidad que las paredes exteriores se hicieron añicos antes de ser alcanzadas por la masa superior que se derrumbaba. Tampoco reconoce que el núcleo denso causaría que la parte superior del edificio cayera de lado como la copa de un árbol.
.

Las Torres explotaron
En un colapso dirigido por la gravedad, como se nos dice ocurrió, los pisos se hubieran desplomado dentro de las paredes exteriores y las columnas de acero de la fachada podían haberse doblado. El núcleo hubiera quedado de pie, incluso si las paredes exteriores hubieran desaparecido.
Sin embargo, las desintegraciones explosivas que pudimos observar no se parecen en nada a esto. Pudimos ver espesas nubes de polvo y escombros saliendo de las torres, incluso durante los primeros segundos de sus destrucciones cuando los pisos superiores de las Torres caían lentamente. Los análisis sismológicos demuestran que el mayor movimiento se produjo cuando las Torres empezaban a derrumbarse. Pero un colapso dirigido por la gravedad hubiera mostrado picos de movimiento al final, cuando la runa desplomada impacta contra el suelo.
Las Torres explotaron en forma de columnas de polvo pareciéndose a los flujos piroclásticos de un volcán. Las espesas nubes de hormigón pulverizado fueron expulsadas en intervalos periódicos, muy por debajo de la “zona colapsada”, lo que demuestra que la pulverización fue causada por otras fuerzas que las de un derrumbe “dirigido por la gravedad”.
Las rejas tubulares de acero que ceñían las paredes exteriores de los edificios fueron trituradas en pequeños trozos y cayeron cientos de metros, en lugar de pelarse. Las inmensas vigas tubulares de acero que formaban los núcleos de los edificios también se rompieron en pequeños trozos.
El derrumbamiento de los suelos y la deformación de las paredes exteriores que propone la "teoría de la vigas de celosía" no consigue explicar la transformación del hormigón en polvo en pleno aire, la fina trituración de las paredes exteriores o la destrucción total de los fuertes núcleos de los edificios.


Las partes superiores de las Torres cayeron sin resistencia
Las Torres cayeron casi a la misma velocidad que un objeto en caída libre, sin apenas encontrar resistencia. Es generalmente aceptado que ambas torres se desplomaron en aproximadamente 9 segundos —el mismo tiempo que tardaría en caer un objeto en caída libre desde la altura de las Torres—. Pero la parte intacta de los edificios hubiera ralentizado enormemente la caída de la parte superior, ya que la energía cinética de la masa que caía se habría utilizado para hacer añicos todo lo que se encontraba a su paso, así reduciendo su aceleración en gran parte, a menos que hubiera sido demolida antes de que la masa colapsada se topara con ella.
La caída libre ininterrumpida de la parte superior de las Torres demuestra que las Torres no se derrumbaron por su propio peso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario